Gutiérrez Playa

El Chiringuito Gutiérrez es uno de esos sitios que siempre tienes en la recámara porque sabes que vas a comer bien. No es el más moderno ni el más “instagrameable”, pero cumple con lo importante: buen producto, buena cocina y precios razonables.

Eso sí, evita ir en fin de semana, especialmente a la hora de comer en verano, porque entre el calor y la cantidad de gente, la experiencia puede volverse un poco agobiante. El sitio está justo frente a la playa y no tiene una ventilación especialmente buena en días de calor intenso, así que si vas en agosto, busca sombra y paciencia.

El personal fue amable y atento, pero visiblemente sobrepasado por la cantidad de mesas llenas. Aun así, sacaron los platos sin excesiva espera y con buena actitud, lo cual se agradece. No es un sitio de servicio impecable, pero sí cercano y resolutivo.

La carta es la típica de un buen chiringuito malagueño, sin florituras, pero con producto fresco y bien tratado. En nuestra visita pedimos varios platos para compartir, y la experiencia fue muy positiva en general. 

- Conjunto: 3,5/5

- Precio/ calidad: 4/5

- Calidad/ producto: 3,5/5

- Lugar/ decoración: 3,5/5

- Servicio: 3,5/5

Conchas finas: Ricas, también frescas. Un clásico malagueño que aquí saben preparar bien.

Coquinas: Buenas, frescas, bien salteadas con su ajo y perejil. Sabores limpios y marinos.

Berenjena frita con miel: Probablemente el mejor plato del día. Crujiente, nada aceitosa, y con un punto dulce perfecto.

Espetos de sardinas: Muy buenos. Bien asados, con el punto justo de sal. Un imprescindible si vienes.

Adobo: Muy sabroso y tierno, con el rebozado crujiente. Uno de los mejores que hemos probado últimamente.

Boquerones fritos: Lo más flojo del día. Estaban demasiado grandes, lo que hizo que perdieran un poco de gracia y resultaran algo bastos.

Vino: Teníamos ganas de probarlo y nos sorprendió gratamente. Muy refrescante, ideal para acompañar pescaito y combatir el calor.