Kote

KOTE: Una experiencia coreana a la parrilla que no te puedes perder 🔥

Si buscas algo más que salir a cenar, Kote es el sitio perfecto. Este restaurante asiático con alma coreana no solo te sirve la comida: ¡te invita a cocinarla tú mismo! Cada mesa tiene su propia plancha estilo coreano, y ahí es donde empieza la magia.

El ritual del Korean BBQ
Desde el primer momento, te sientes parte del show. Te traen bandejas con cortes de carne y tú te encargas de hacerlos a tu gusto en la plancha central. 

Salsas, guarniciones y sabor en cada bocado
Acompañado de kimchi, arroz, ensaladitas frescas y salsas coreanas que despiertan todos los sentidos, cada bocado es una fiesta. 

Ambiente moderno, pero acogedor
Decoración minimalista con toques industriales, luces tenues y un ambiente joven y divertido. Ideal para cenas con amigos, citas diferentes o incluso celebraciones.

La plancha coreana: El corazón de Kote
El punto fuerte del restaurante es la parrilla en el centro de cada mesa, donde tú mismo cocinas los cortes de carne que elijas. Y vaya carne. Te enumero solo algunos hits del menú:

Aguja de vaca en salsa Bulgogi (mi favorito absoluto, se merece un 10); entraña con chimichurri coreano muy buena; oyster blade ahumada en frío, tierna y sabrosa; tataki de Wagyū, delicado y lleno de umami; y mini burger de Angus madurada 30 días, un bocado brutal.




Continuamos con las brochetas de cerdo, pollo satay, panceta y chorizo criollo que aportan un toque más gamberro.


Guarniciones. Lo primero que llega a la mesa es un desfile de pequeños platos y acompañamientos que parecen no acabar nunca:

Salsas: soja dulce, brava y la mezcla de especias Kōte (brutales); arroz japonés, fideos fríos coreanos, tortillas de maíz y hojas de lechuga para montar tus wraps como quieras; ensaladas de lo más originales: verdeo y manzana, coleslaw de lombarda, pepino holandés; toques fermentados y encurtidos que aportan chispa: cocokimchi, daikon encurtido; y joyitas inesperadas como: patatas fritas con parmesano, setas al aglio e olio, coliflores indias, parmentier 5 especias, pico de gallo y guacamole. Una locura de variedad y contraste de sabores. Todo pensado para acompañar lo que viene después…  

Brownie (correcto, sin destacar demasiado).


Lasaña coreana con bechamel al cardamomo: suave, especiada y reconfortante. No la pases por alto.

                                              

Gyozas de sobrasada y queso manchego: fusión inesperada, crujientes por fuera y cremosas por dentro. 



La Sonrisa de Picaña y La Chispa Salvaje – ambos con sabores originales y una presentación de 10.



Mochi helado de Ferrero Rocher (bonito, pero sin más). 

                                              

Fotos del lugar:













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