La diez milanesas

La Diez Casa de Milanesas: el templo del empanado bien hecho 📍Ahora también en Madrid Este local, que nació en Valencia y ahora aterriza en Madrid, es como ese amigo que solo sabe hacer una cosa, pero la hace tan bien que nadie se lo discute. Aquí, el menú gira en torno a una idea clara: milanesas finísimas, crujientes y gloriosas. ¿Y sabéis qué? Les sale de maravilla. Hay sitios a los que vas por las vistas, otros por la decoración, y luego está La Diez Casa de Milanesas, donde vas por la milanesa… y punto. El local, siendo honestos, no tiene nada que vayas a subir a Instagram por puro diseño, pero está bien. Es cómodo, limpio, sin pretensiones. Porque aquí lo importante no está en las paredes, sino en el plato. Las milanesas tienen el tamaño perfecto para compartir sin caer en coma alimenticio. Eso sí, si vas con alguien que no comparte, pide dos. No te la juegues. - Conjunto: 3,5/5 - Precio/ calidad: 4,5/5 - Calidad/ producto: 4/5 - Lugar/ decoración: 3/5 - Servicio: 2,5/5 🔪 Entrantes que abren el apetito Empezamos con dos empanadas que ya podrían ser plato principal en muchos sitios: La de ternera cortada a cuchillo: jugosa, con ese sabor casero que te hace levantar una ceja de aprobación. La de cerdo al estilo peruano: exótica, sabrosísima, con un punto de especias que ojo. Ambas entran fácil y desaparecen rápido. Como deberían. 🥩 Milanesas que no necesitan filtro (ni mucha explicación) Aquí vinimos a lo que vinimos, y pedimos dos tipos porque el mundo es mejor cuando se comparte comida (y también porque queríamos probarlo todo). De ternera avileña: la Provoleta. Viene con salsa de tomate cherry amarillo, queso provolone y tomate seco. La combinación de Italia y Argentina con el equilibrio entre lo ácido del tomate y lo cremoso del queso. De cerdo ibérico: la Clásica. No necesita florituras. Es la receta de siempre, bien hecha, con materia prima buena y fritura que suena al morderla. ¿Minimalismo gastronómico? No, realismo milanesero. 🍟 Las patatas fritas (lo único que no enamora) Como guarnición, pedimos las clásicas patatas fritas. Y bueno… no están malas, pero si esto fuera un grupo de música, serían el bajista tímido del fondo. Están ahí, cumplen su función, pero no vas a escribir una oda sobre ellas.

Comentarios

Entradas populares