La Guisandera de Piñeira

Este restaurante situado al lado de la Plaza de Cuzco trata de hacer un homenaje a nuestras madres, abuelas y bisabuelas, especialmente a la Guisandera de Piñera, nombre de aquellas cocineras que guisan de maravilla y conservan las recetas tradicionales, esos guisos que deben perdurar en nuestros recetarios porque son fundamentales para entender nuestra cultura gastronómica.

Los guisos han sido y siguen siendo la forma más expresiva de cocinar a fuego lento, la que permite disfrutar de una cocina sencilla, saludable y muy sabrosa. Un intento de ofrecer a todos nuestros clientes una cocina emotiva y sentimental.

El restaurante es un asturiano bastante grande y con una decoración clásica, lo que invita a largas comidas de domingo en familia. 

- Conjunto: 4,4/5
- Precio/ calidad: 4/5
- Calidad/ producto: 4/5
- Lugar/ decoración: 3/5
- Servicio: 3,5/5


Croquetas cremosas de picadillo.
 Unas croquetas líquidas por dentro y llenas de sabor.



Entrecot de vacuno mayor a la chapa con patatinas confitadas. Estaba súper bueno y en su punto.


Pastel de centollo con gratinado de piquillos. Otro entrante sencillo y rico.


Torrija artesana con crema de yogur y chocolate blanco. Perfecta para el broche final.


Tarta cremosa de queso del norte. Buenísima.


Mollejas de cordero lechal glaseadas con patatinas. Eran una maravilla absoluta. 

Aperitivo de la casa. Me flipó.


Fabada Asturiana “La Guisandera”. Un plato clásico de cuchara que como entrante era una maravilla. 


Rodaballo. Genial cocinado y jugoso, estaba en su punto.


Tortilla jugosa de merluza con su emulsión. Nunca había probado algo así y ojito, que debería de estar en más cartas.


Steak tartar. Estaba super bueno y el corte y el aliño perfectos.


Bacalao al pie-pil. Genial cocinado, jugoso y el pil-pil estaba en su punto.


Huevos rotos con picadillo fresco de "Santulaya" y palatinas fritas.
 
Un plato clásico con el picadillo que potencia muchísimo el sabor y es estupendo para compartir.




Cachopo asturiano de solomillo homenaje a "Fernando Martín". No es del tamaño tradicional del cachopo pero era estupendo para compartir y si vas a un asturiano tienes que pedir o fabada o cachopo.

Puerros confitados con cremoso de ‘Paparicu’ y trufa negra. Estaba rico pero el resto de platos estaban mejor. 









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