Saisho
Teníamos muchas ganas de probar este japo porque es un japonés puro, de corte clásico, sin fusiones ya que el sushiman ha pasado largas temporadas en Japón y ha aprendido de uno la técnica y cómo prepararlo. Lo “malo” de ser tan puro es que, por regla general, a la gente le pueden resultar algo aburridos, prefiriendo platos más divertidos mezclando distintos productos pero tenéis que venir a probarlo.
El arroz era una pasada la soltura y textura que tenía, cosa que en muy pocos sitios de Madrid lo encontrarás así de bien y a este precio. Para beber, aquí tienen una increíble carta de sakes por lo que si os apetece vivir la experiencia podéis hacer un maridaje de sakes y disfrutar al 100%.
Saisho se encuentra cerca del Templo de Debod pero pese a no ser mala zona, hay ubicaciones que, desde un punto gastronómico no benefician, lo que ocurre con esta.
El punto flojo de Saisho es el local por ser bastante austero y algo frío. Nosotros cenamos en la barra ya que siempre que podemos, cenamos aquí por ver cómo preparan cada plato y aunque a mucha gente parece que les resulta incómodo o les da vergüenza, creo que se debe probar cenar en la barra.
- Conjunto: 5/5
- Precio/ calidad: 5/5
- Calidad/ producto: 5/5
- Lugar/ decoración: 3,5/5
- Servicio: 5/5
Hosomaki negitoro. Leímos que era una pasada y estaba bueno pero no al nivel de los nigiris (aunque tampoco se puede comparar una cosa con la otra).
Temaki ika especial con vieira y salmón. Estaba rico pero un poco bajón en comparación con los nigiris.
Nigiri de quisquilla. Un fuera de carta que teníamos que pedir.
Nigiri de atún. Rico pero quizás el más flojo.
Nigiri de ventresca. Un imprescindible que tenía una pinta increíble y sabía todavía mejor.
Umeboshi y nabo rallado. Espectacular.
Cerveza japonesa que no falte.
Nigiri atún especial con toro tostado. Otro nigiri brutal que tenéis que pedir.
Nigiri de caballa. Impresionante este bocado.
Nigiri de salmón. De los más puros.
Nigiri de vieira. Un clásico que no falla si es de calidad.
Nigiri de salmón flambeado. Brutal y sabrosísimo.
Nigiri de dorada. Un espectáculo y es que cuando la calidad es buena...
Vinazo para acompañar a esta estupenda cena.
El arroz era una pasada la soltura y textura que tenía, cosa que en muy pocos sitios de Madrid lo encontrarás así de bien y a este precio. Para beber, aquí tienen una increíble carta de sakes por lo que si os apetece vivir la experiencia podéis hacer un maridaje de sakes y disfrutar al 100%.
Saisho se encuentra cerca del Templo de Debod pero pese a no ser mala zona, hay ubicaciones que, desde un punto gastronómico no benefician, lo que ocurre con esta.
El punto flojo de Saisho es el local por ser bastante austero y algo frío. Nosotros cenamos en la barra ya que siempre que podemos, cenamos aquí por ver cómo preparan cada plato y aunque a mucha gente parece que les resulta incómodo o les da vergüenza, creo que se debe probar cenar en la barra.
- Conjunto: 5/5
- Precio/ calidad: 5/5
- Calidad/ producto: 5/5
- Lugar/ decoración: 3,5/5
- Servicio: 5/5
Nigiri de vieira. Un clásico que no falla si es de calidad.
Hosomaki negitoro. Leímos que era una pasada y estaba bueno pero no al nivel de los nigiris (aunque tampoco se puede comparar una cosa con la otra).
Temaki ika especial con vieira y salmón. Estaba rico pero un poco bajón en comparación con los nigiris.
Botella de vino. Para acompañar a esta estupenda cena.
Nigiri de lubina tostada con sésamo y pimienta. El festival de nigiris que nos pegamos en esta cena fueron de otro nivel.
Nigiri unagi de anguila del delta. Es el mejor nigiri de anguila que hemos probado en la vida. Ellos mismos preparan la anguila y tuvimos que tripitir.
Nigiri atún especial con tartar de toro tostado. Otro nigiri brutal que tenéis que pedir.
Gunkan atún picante. Para que no fuese todo nigiris pedimos este gunkan que estaba muy rico.
Fotos del lugar:





























Comentarios
Publicar un comentario