Villa Verbena
Un restaurante del que guardo sentimientos encontrados. Se encuentra en Casa Campo, un sitio perfecto para las noches de verano en Madrid y poder salir del bullicio y la ciudad y poder cenar al lado de un lago.
Un restaurante del que guardo sentimientos encontrados. Se encuentra en Casa Campo, un sitio perfecto para las noches de verano en Madrid y poder salir del bullicio y la ciudad y poder cenar al lado de un lago.
Aguacate a la brasa con gamba blanca. Estaba muy muy rico, parecido al de Carbón Negro.
Pulpo a la brasa. Nada del otro mundo.
Tarantelo de atún rojo a la brasa con miso, verduras y puré de calabaza. Muy muy rico y bien cocinado.
Puerro a la brasa con romescu y cecina. Otro plato que estaba para chuparse los dedos.
Butifarra a la brasa con torrada de ajo asado y tomate rallado. Un plato estrella de aquí que tenéis que pedir si venís.
Un restaurante del que guardo sentimientos encontrados. Se encuentra en Casa Campo, un sitio perfecto para las noches de verano en Madrid y poder salir del bullicio y la ciudad y poder cenar al lado de un lago.
No obstante, en nuestro caso fue algo distinto porque a mitad de la cena nos empezó a llover bastante (incluso granizar) por lo que pedimos en repetidas ocasiones si nos podían meter dentro ya que el salón estaba vacío pero se negaron y nos pusieron las sombrillas.
Como es lógico, la comida se empapó y nos pasaron a una sombrilla más grande, pero en las esquinas nos seguíamos mojando y no les importaba.
En el momento del cambio fue cuando se llevaron el solomillo para dentro porque estaba empapado y claro, nosotros entendimos que al servir un plato mojado lo van a cambiar por otro pero ese no fue el caso. Nos pusieron el mismo solomillo pero ya pasado y recalentado. Cuando se lo dijimos al encargado que era el mismo nos tomó por mentirosos diciendo que no lo era y que era nuestra palabra contra la suya y empezó a discutir levantando la voz, pero al preguntárselo a nuestro camarero nos dio la razón y nos dijo que sí que era el nuestro.
Nuestro pobre camarero (Cristian), que estaba empapado y aun así no perdía la sonrisa y nos atendió de 10, no hacía más que pedir perdón por la educación y los modales del encargado, cosa que llama la atención y me mosquea porque el encargado es el que debería predicar con el ejemplo y no al revés.
Para rematar, nos pedimos una copa cuando ya paró de llover y al pedirle a la camarera si podía ponernos un poco más en vez servir un poco o simplemente decir okey, pero esto es un extra, nos puso cara de asco y empezó a decir que no, que no servía más a lo que nosotros le respondimos mira, si hay que pagar un suplemento lo pagamos, pero por favor póngame más.
En resumen, no sé si volveré pero desde luego si vuelvo pediré que me atienda Cristian y que el encargado y esa camarera no me sirvan en toda la comida.
- Conjunto: 3/5
- Precio/ calidad: 4/5
- Calidad/ producto: 4/5
- Servicio: 0/5 (Sin tener en cuenta a Cristian)
- Lugar/ decoración: 4,5/5
Como es lógico, la comida se empapó y nos pasaron a una sombrilla más grande, pero en las esquinas nos seguíamos mojando y no les importaba.
En el momento del cambio fue cuando se llevaron el solomillo para dentro porque estaba empapado y claro, nosotros entendimos que al servir un plato mojado lo van a cambiar por otro pero ese no fue el caso. Nos pusieron el mismo solomillo pero ya pasado y recalentado. Cuando se lo dijimos al encargado que era el mismo nos tomó por mentirosos diciendo que no lo era y que era nuestra palabra contra la suya y empezó a discutir levantando la voz, pero al preguntárselo a nuestro camarero nos dio la razón y nos dijo que sí que era el nuestro.
Nuestro pobre camarero (Cristian), que estaba empapado y aun así no perdía la sonrisa y nos atendió de 10, no hacía más que pedir perdón por la educación y los modales del encargado, cosa que llama la atención y me mosquea porque el encargado es el que debería predicar con el ejemplo y no al revés.
Para rematar, nos pedimos una copa cuando ya paró de llover y al pedirle a la camarera si podía ponernos un poco más en vez servir un poco o simplemente decir okey, pero esto es un extra, nos puso cara de asco y empezó a decir que no, que no servía más a lo que nosotros le respondimos mira, si hay que pagar un suplemento lo pagamos, pero por favor póngame más.
En resumen, no sé si volveré pero desde luego si vuelvo pediré que me atienda Cristian y que el encargado y esa camarera no me sirvan en toda la comida.
- Conjunto: 3/5
- Precio/ calidad: 4/5
- Calidad/ producto: 4/5
- Servicio: 0/5 (Sin tener en cuenta a Cristian)
- Lugar/ decoración: 4,5/5
Solomillo de cerdo ibérico Joselito, crema de calabaza e higos. Con este plato hubo problemas porque justo cuando nos lo sirvieron empezó a llover y se empapó, pues el encargado en vez de cambiarlo por estar mojado al haberlo traído bajo la lluvia, nos lo puso en la campana a recalentar, por lo que llegó reseco, demasiado hecho y que parecía una suela de zapato.
Aguacate a la brasa con gamba blanca. Estaba muy muy rico, parecido al de Carbón Negro.
Pulpo a la brasa. Nada del otro mundo.
Tarantelo de atún rojo a la brasa con miso, verduras y puré de calabaza. Muy muy rico y bien cocinado.
Cremoso de chocolate, cerezas al oporto, aceite y pan. Un postre magnífico y que me flipó.
Butifarra a la brasa con torrada de ajo asado y tomate rallado. Un plato estrella de aquí que tenéis que pedir si venís.
Ceviche nikkei de corvina salvaje con aguacate y batata. Aunque veáis este plato en muchos sitios, aquí estaba de morir.
Croquetas caseras de jamón. Unas croquetas muy bien hechas y cremosas pero no las metería en mi top.
Ensaladilla con escabeche casero, aceituna gordal y picos. La ensaladilla estaba buena pero el escabeche brilló por su ausencia.
Fotos del lugar:
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