Oribu brasas
Un restaurante que lleva poco tiempo en Madrid a pocos metros del Retiro donde nos encontramos una fusión protagonizada por sus brasas con un corazón castizo y el alma japonesa.
La técnica que utilizan se llama sumibiyaki, Sumi carbón vegetal / Bi fuego / Yaki asar o quemar. Una tradición para sacar el máximo potencial al sabor de una selección de productos de la Tierra de alta calidad pensada al detalle, gracias a la magia del selecto carbón vegetal que ilumina el corazón de cada mesa de Oribu y que ellos mismos han patentado la forma de la cocina.
El local cuenta con la zona de la barra, perfecta para tomarte un cocktail antes de empezar la cena, pasando por la sala principal y luego con reservados privados por lo que es bastante amplio, moderno y elegante.
Todas las mesas tienen las barbacoas con extracción de humo n la propia base para que se puedan hacer los pinchos en la misma mesa.
El servicio fue de 10. Nos atendió Diego y estaba súper atento al más mínimo detalle.
Es un sitio que repetiré e intentaré traer a más gente porque es de los que te guardas para futuras ocasiones.
- Conjunto: 4/5
- Precio/ calidad: 3,5/5
- Calidad/ producto: 4/5
- Lugar/ decoración: 5/5
- Servicio: 5/5
Torrija Tokio. Su clásica torrija, convertida en lingotes de brioche horneados. Acompañados de compota de manzana asada, quenelle de helado de pistacho y migas de galleta soba boro. Me encantó este poste y no llenaba como suele llenar una torrija, por lo que es bastante mejor.
Komorebi de arroz. Arroz crujiente de te matchasobre crema de arroz cocido en leche de coco. Acompañado de quenelle de helado de pistacho y "Peta Zetas" Arroz con leche.
La técnica que utilizan se llama sumibiyaki, Sumi carbón vegetal / Bi fuego / Yaki asar o quemar. Una tradición para sacar el máximo potencial al sabor de una selección de productos de la Tierra de alta calidad pensada al detalle, gracias a la magia del selecto carbón vegetal que ilumina el corazón de cada mesa de Oribu y que ellos mismos han patentado la forma de la cocina.
El local cuenta con la zona de la barra, perfecta para tomarte un cocktail antes de empezar la cena, pasando por la sala principal y luego con reservados privados por lo que es bastante amplio, moderno y elegante.
Todas las mesas tienen las barbacoas con extracción de humo n la propia base para que se puedan hacer los pinchos en la misma mesa.
El servicio fue de 10. Nos atendió Diego y estaba súper atento al más mínimo detalle.
Es un sitio que repetiré e intentaré traer a más gente porque es de los que te guardas para futuras ocasiones.
- Conjunto: 4/5
- Precio/ calidad: 3,5/5
- Calidad/ producto: 4/5
- Lugar/ decoración: 5/5
- Servicio: 5/5
Brioche de calamares 2.0. La versión reinterpretada de un clásico madrileño: el Bocadillo de Calamares. Servido en pan tangzhong, acompañado de calamares fritos y cebolla pochada. Con un toque de ali oli de ajo negro. Junto con los mejillones, los mejores entrantes que probamos. Son dos imprescindibles.
Sumibiyaki de salmón. Una brocheta de salmón hecha al momento en carbón a gusto del comensal. La calidad del salmón era impresionante.
Sumibiyaki de presa ibérica. Cortes de presa ibérica en brocheta, servidos en mesa para brasear. Otro corte riquísimo que se te deshace e la boca de lo tierna que está la carne.
Sumibiyaki de entrecote. Cortes de entrecote alto argentino en brocheta. Otro 10 por el sabor que tenía y la calidad de la carne.
Ensaladilla de gamba roja. Su versión de un clásico. Con gambas rojas confitadas en aceite, braseadas en mesa. Con toques de siracha, soja, kimchi y acelga roja. Estaba buenísima y es lo mejor para empezar una cena de 10.
Curry de mejillones. Sabrosos mejillones gallegos cocidos en vino albariñó, citronela y lima kefir. Con un toque sorprendente de curry y cilantro. Espolvoreados con ralladura de avellanas, arroz inflado y alga codium. Estaban de morir, la salsa con la leche de coco le daba el toque dulce que os encantará.
Margarita de geisha. Saludos desde la frontera entre México y Japón. Tequila, limón y Cointreau mezclados con yuzu para una Margarita que baila en tu paladar. No sabía mucho a margarita al ser más suave, pero me encantó y os lo reocmiendo al 100%.
Sake mojito. Un clásico de la Habana con un corazón de samurai. Ron, limón, menta, azúcar y un toque de matcha para darle el toque Oribu. Otro cocktail con matcha no tan dulce como el mojito pero sigue conservando su esencia.
Daiquiri a su manera. Le pedimos que nos hiciese uno fresco y nuevo y este fue el resultado que estaba muy bueno pero prefeiro los otros.
Fotos del lugar:
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