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Tenía muchas ganas de ir porque la comida está inspirada en la cocina Mediterránea con un enfoque en productos artesanales locales y una pequeña carta de vinos con productores de baja intervención. La comida está dividida en picar, crudo, josper, verdura, horno de leña y granos y no en la nacionalidad del chef.

El local es espectacular, está lleno de luz y un ambiente desenfadado e informal y cuenta con una terraza muy apetecible para el buen tiempo que está por llegar.

Por otro lado, el servicio es muy bueno y te hacen sentir como en casa por lo que os aconsejo que os recomienden que pedir porque no fallarán para nada.

- Conjunto: 4,5/5
- Calidad/ producto: 4,5/55
- Precio/ producto: 4/5
- Lugar/ decoración: 4,5/5
- Servicio: 4,5/5

Pappardelle, ragú a la antigua, jugo de ternera. Aquí los hacen de escándalo por cómo elaboran el ragú y el jugo. Muy muy recomendables.

Ceviche ligero de corvina, leche de tigre, aceite de chile verde. Entrante perfecto para empezar con unos sabores fuertes y ligeros.

Tacos de lechón con crujiente y salsa tatemada. Muy bien hechos desde la tortilla al relleno. La cantidad perfecta de lechón que no era demasiado graso ni pesado.

Short rib de ternera para taquear, chile que pica un poco, ajonjolí. Otro plato distinto y un puntazo pero tened en cuenta que llena bastante al comértelos envueltos en la hoja para bajarlo un poco.

Tarta de queso. Está muy bien hecha tal y como a mí me gusta y ahora la ves en muchos sitios. La tarta estaba muy cremosa y perfecta de sabor.

Pizza sobrasada, burrata y tomate confitado. Un must del restaurante porque es una pizza distinta con la potencia de sabor de la sobrasada y la suavidad de la burrata, para pedirte una solo para ti.

Mil hojas de berenjena bufala, migas crujientes. Otro plato obligatorio y que a todo el mundo que lo prueba le encanta porque está para chuparse los dedos.