El motin de la trucha

Un clásico de Zamora que no os podéis perder en vuestra visita a esta ciudad para pegaron un buen homenaje.

Llevan abiertos desde 2013 y tratan de ofrecer a los comensales hostelería desenfadada y amena, pero con una calidad extraordinaria.

Su bodega es de finales de S. XII en la que ya se usaba como bodega de una casa señorial del antiguo barrio de la judería de aquella época y cuentan con un reservado con una capacidad máxima de 10 comensales. Cabe mencionar el pozo, conservado intacto aún tras varios siglos de su construcción.

Su nombre se debe a una revuelta popular urbana acaecida en el año 1158 en la ciudad de Zamora.​

Por todo lo anterior, tanto la historia que envuelve a este restaurante como su estupenda comida, no podéis dejar de venir aquí.

- Conjunto: 4/5
- Precio/ calidad: 4,5/5
- Calidad/ producto: 4/5
- Lugar/ decoración: 5/5
- Servicio: 4,5/5

Guiso del día. Garbanzos con callos. Los platos de cuchara son espectaculares cuando los hacen con este cariño y contando con estos productos espectaculares. 



Langostinos al ajillo. Un entrante que nunca falla y que es estupendo para mojar pan. 


Posta de ternera de Aliste. Una carne muy buena para terminar una estupendisima cena. 



Cecina de buey y lacón aa gallega acompañados de un gran vino. Es, sin duda, la mejor cecina que he probado hasta ahora y el lacón estaba también para chuparse los dedos. 


Habones sanabreses al estilo tradicional. Un plato de cuchara estupendo con chorizo y morcilla. Estaba de escándalo. 

Foto del lugar:

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