Cobo
Este restaurante ha ganado una estrella este año y un sol el año pasado y es que no es para menos con toda la calidad que ofrecen a un precio espectacular.
Miguel Cobo, comienza como cocinero en 2004 y en 2015 decide montar en Burgos su primer restaurante, Cobo Vintage, donde, tras conseguir una estrella Michelín en tan sólo 15 meses, pone en marcha este nuevo restaurante.
La ubicación del restaurante es extraordinaria, en pleno centro de Burgos a tan solo unos pasos de la catedral, en la plaza del mercado de la ciudad.
Su cocina mezcla Cantabria (ciudad donde nació) y Burgos (su ciudad adoptiva) basándose en platos clásicos basados en los pucheros, guisos, salazones, conservas… Siempre elaborados con un producto de excelente calidad.
Esta cocina está creada para todos los públicos, pero especialmente para un público sensitivo, que aprecie la cocina de fogones lentos y salsas potentes. Platos caseros que tomar en un ambiente agradable, confortable y familiar.
- Conjunto: 5/5
- Precio/ calidad: 5/5
- Calidad/ producto: 5/5
- Lugar/ decoración: 4,5/5
- Servicio: 4,5/5
Txangurro, puerro asado y holandesa de salazones (canelón de la mar). Súper original e impresionante cada bocado.
Morcilla de Burgos a la brasa y frita, pimientos asados y flor de sal. No nos podíamos ir de Burgos sin probar esta deliciosa morcilla y no nos defraudó para nada.
Anchoas del Cantábrico, pimientos rustidos y pan de castaña. El manjar de los dioses cuando están así de exquisitas. Este plato dolía al compartirlo porque queríamos uno entero cada uno.
Canelones de Pularda asada, trompetas y bechamel de hongos. Un obligatorio de aquí que no os dejo iros sin haberlo probado.
Albóndigas de ternera trufada, puré Robuchon y jugo de asado. Creo que de los platos top del restaurante ya que por dentro estaba súper tierna y la salsa era de llorar.
Molleja de ternera a la brasa, velouté de hierbas y su adobo. Lo más flojo de la comida porque, aunque estaban muy buenas, los otros platos le daban mil vueltas.
Ventresca de Bonito del Norte, pimientos a la llama, cebolleta y ajos fritos.Un poco de verde para empezar siempre es bien, pero tampoco de mis favoritos de aquí.
Miguel Cobo, comienza como cocinero en 2004 y en 2015 decide montar en Burgos su primer restaurante, Cobo Vintage, donde, tras conseguir una estrella Michelín en tan sólo 15 meses, pone en marcha este nuevo restaurante.
La ubicación del restaurante es extraordinaria, en pleno centro de Burgos a tan solo unos pasos de la catedral, en la plaza del mercado de la ciudad.
Su cocina mezcla Cantabria (ciudad donde nació) y Burgos (su ciudad adoptiva) basándose en platos clásicos basados en los pucheros, guisos, salazones, conservas… Siempre elaborados con un producto de excelente calidad.
Esta cocina está creada para todos los públicos, pero especialmente para un público sensitivo, que aprecie la cocina de fogones lentos y salsas potentes. Platos caseros que tomar en un ambiente agradable, confortable y familiar.
- Conjunto: 5/5
- Precio/ calidad: 5/5
- Calidad/ producto: 5/5
- Lugar/ decoración: 4,5/5
- Servicio: 4,5/5
Zamburiña braseada, aceite de hierbas, papada ibérica y ensalada de apio. Si es que cuando el producto es bueno y el chef sabe cómo tratarlo solo pueden salir maravillas.
Txangurro, puerro asado y holandesa de salazones (canelón de la mar). Súper original e impresionante cada bocado.
Morcilla de Burgos a la brasa y frita, pimientos asados y flor de sal. No nos podíamos ir de Burgos sin probar esta deliciosa morcilla y no nos defraudó para nada.
Ventresca a la brasa. Aquí es que cocinan de escándalo y con un producto de llorar.
Croquetas de leche fresca de vaca e ibéricos. Como dice su nombre, parecen que están hechas de lechen en vez de bechamel de lo líquidas que son y el sabor de los ibéricos de morir.
Anchoas del Cantábrico, pimientos rustidos y pan de castaña. El manjar de los dioses cuando están así de exquisitas. Este plato dolía al compartirlo porque queríamos uno entero cada uno.
Pulpo del Bao a la brasa, cebolletas tiernas y cachelos. De 10 hecho y se te deshacía en la boca.
Canelones de Pularda asada, trompetas y bechamel de hongos. Un obligatorio de aquí que no os dejo iros sin haberlo probado.
Albóndigas de ternera trufada, puré Robuchon y jugo de asado. Creo que de los platos top del restaurante ya que por dentro estaba súper tierna y la salsa era de llorar.
Steak Tartar de solomillo (40 días de maduración). Impresionante y genial aliñado.
Un zumo de tomate para empezar la comida.
Tarta de chocolate, avellana y helado de avellana. Un poco de chocolate no puede faltar en semejante comida.
Tarta de queso al horno con helado de tarta de queso. Queso con queso y más queso es igual a una sonrisa de oreja a oreja.
Fotos del lugar:






















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