Allegorie

El nuevo restaurante francés de la zona de Bilbao que nos trae la clásica comida francesa con toques innovadores.

Nace de varios compañeros franceses que han estudiado y trabajado en las cocinas de allí y se han juntado para crear desde cero este restaurante.

Es un sitio al que vas para pegarte un homenaje a un precio bueno. La calidad de la comida es impresionante y la sutileza con la que preparan cada elaboración nos deja asombrados.

Lo que tratan de hacernos llegar es sencillo, un menú diario genial de precio que van cambiado cada poco tiempo y para que así puedas ir todas las veces que quieras; y una carta fija con los platos más tradicionales de Francia pero con sus toques que los hacen más especiales todavía.

Es un sitio perfecto para ir con tu pareja, familia o grupo de amigos a cenar, pero tiene que ser gente que le guste comer porque estos platos son para disfrutarlos en todos los sentidos.

Por último, hago especial mención a los postres. Estamos muy acostumbrados a que nos planten la tarta de queso o de chocolate que tienen todos los sitios y punto, no le damos ninguna importancia al postre pero toda comida debe terminar con un bocado dulce. Aquí, creen en eso como nosotros y por eso los postres tienen esa elegancia que podéis ver en las fotos (y saben todavía mejor). Me quito el sombrero con el chef porque nos enamoró por su comida.

- Conjunto: 4/5
- Precio/ calidad: 4/5
- Calidad/ producto: 5/5
- Lugar/ decoración: 3/5
- Servicio: 4/5

Merluza «pochée-rotie». Coliflor asada, setas, parmesano , yema, caldo de pescado emulsionado, trufa de temporada. De verdad que no sabéis como estaba de bueno este plato. La merluza jugosísima que se te deshacía en la boca, las setas eran una pasada tanto de sabor como de elaboración y la salsa que acompañaba todo estaba para llorar. Si vais os suplico que pidáis la merluza porque os va a encantar tanto como a mí.

Pollo y Ravioli. Pollo con la piel crujiente, caldo de pollo reducido, ravioli casero con mozzarella, pesto de albahaca, castaña braseada, cebolla. Si pensabais por su nombre que era un pollo con pasta, podréis ver en la foto que estabais bastante equivocados. Unos trozos de pollo (bastante jugosos) bañados en su cado reducido con castaña braseada y pesto. En el centro se encontraba un ravioli relleno de mozzarella. Es un plato que, por su nombre parece tan simple pero cuando vas probando bocado a bocado, ves todos los sabores que tiene y el trabajo que conlleva.


Rabo de toro, Foie gras. Guiso de rabo de toro desmechado, ensalada de maíz, nueces, espuma de maíz. Un entrante que parece más bien un plato principal por el rabo de toro. Era una combinación tan curiosa pero en el buen sentido, el maíz en sus distintas variedades junto con el rabo de toro y el foie era impresionante.


Aperitivo de la casa. Muy original y distinto para empezar la comida.



Tartaleta de Atún. Tataki de atún, sable de parmesano, crema agria con mostaza y cebolleta, puré de pimiento amarillo, espinacas. Un bocado perfecto para compartir y empezar con un sabor fresco.


Éclair Pistacho. Crema de pistacho, frambuesa. El interior relleno de vainilla. De los mejores postres que he tomado en mucho, mucho tiempo porque me pareció un postre súper original con la combinación de sabores y texturas pero sin que fuese ni empalagoso ni pesado ni nada. Brillaba por su delicadeza y elegancia.


Mont Blanc. Crema de castaña, mousse ligera con vainilla, merengue, frutos rojos. Un clásico de Francia y que, por ello, no podía faltar en este restaurante. Me flipó también.


Fotos del lugar:














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