Viridiana
Ya fui hace años a Viridiana y quería volver antes de que cerrasen en abril como decían las malas lenguas, no es seguro que cierren, por lo que si lo queréis probar no os angustiéis que todavía estáis a tiempo.
Es un clásico de Madrid donde donde habita el sabor y le fascina a grandes chefs como Dabiz Muñoz al ser el restaurante pionero de la cocina fusión en España.
Consejo: si reserváis, pedid que sea en el salón de arriba, porque el de abajo es un zulo que no tiene ventanas con sillas incómodas y puede resultar agobiante convirtiendo una comida increíble en un sitio que tengas ganas de irte.
Otra pega es que el servicio no está al nivel de la comida ni de los precios, más bien al nivel del zulo pero bueno…
- Conjunto: 4/5
- Precio/ calidad: 3,5/5
- Calidad/ producto: 4,5/5
- Lugar/ decoración: 3/5
- Servicio: 3/5
Croquetas de jamón. Primer aperitivo de la casa. Cuando pidáis, preguntad que aperitivos os van a poner y así no os pasáis de cantidad pidiendo. Estaban ricas, pero las puedes encontrar mejor en muchos sitios de Madrid.
Lentejas de La Sagra al curry suave con gambas mediterráneas. Segundo aperitivo de la casa. Creo que fue mi plato preferido. Era súper distinto, no probarás unas lentejas así en ningún otro sitio y la combinación del curry lo asiático con lo tradicional español es para quitarse el sombrero.
Tataki de pulpo, langostinos y atún. Un platazo donde el primer puesto se lo llevaron los langostinos, después el atún y por último el pulpo pero era una trilogía original y perfecta para empezar con el festín.
Pichón de Las Landas. Brevemente asada su pechuga, confitados muslos y alitas, con hongos (Boletus edulis) a la sartén. Estaba para chuparse los dedos, tierno y crujiente. Lo malo es que ya llegué bastante llena al plato y no lo pude terminar, pero riquísimo.
Merluza gallega con salsa verde al Albariño y setas silvestres. La verdad que la presentación no dice nada, pero de sabor y calidad de la merluza espectacular, jugosita y la salsa estaba para morir.
Calamares de Huelva a la sartén, con curry rojo, tirabeques, batata asada y arroz thai con pasas y pistachos. Ya solo por el tamaño del calamar sabes que va a ser un platazo. Las raciones son bastante generosas, una cosa que me llamó la atención pero que tenéis que tener en cuenta porque llenan bastante.
4. Bacalao confitado sobre vizcaína de chipotle -apenas picante-, con espárragos verdes y pudin de maíz tierno. De verdad que, por muy bueno que estén, no entra por los ojos de la pena que da la presentación. A mí no me encantó, de hecho creo que fue uno de los platos que no repetiría.
Es un clásico de Madrid donde donde habita el sabor y le fascina a grandes chefs como Dabiz Muñoz al ser el restaurante pionero de la cocina fusión en España.
Consejo: si reserváis, pedid que sea en el salón de arriba, porque el de abajo es un zulo que no tiene ventanas con sillas incómodas y puede resultar agobiante convirtiendo una comida increíble en un sitio que tengas ganas de irte.
Otra pega es que el servicio no está al nivel de la comida ni de los precios, más bien al nivel del zulo pero bueno…
- Conjunto: 4/5
- Precio/ calidad: 3,5/5
- Calidad/ producto: 4,5/5
- Lugar/ decoración: 3/5
- Servicio: 3/5
Foie Mi-cuit apenas ahumado, sobre “brioche” con “chutney” clásico y su vino de Sauternes. No merece la pena pedirlo tampoco tenía gran elaboración y para esto lo compras en un buen mercado y disfrutas de otros platos que no puedas comer en casa.
Merluza gallega con salsa verde al Albariño y setas silvestres. La verdad que la presentación no dice nada, pero de sabor y calidad de la merluza espectacular, jugosita y la salsa estaba para morir.
Fotos del lugar:
















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