Bodega del riojano

Un restaurante que no te llama desde fuera, pero nada más entrar te transporta a una taberna de los años 40.

Tienen hasta el más mínimo detalle cuidado. Tiene tanto zona de taberna para un picoteo, como la zona del restaurante.

El servicio fue buenisimo, muy atentos y tuvieron un gran detalle con nosotros con el postre, ya que les dijimos en último momento si podíamos cambiar y cualquier sitio te habría dicho que no, pero ellos con una sonrisa y sin problema. 

Recomiendo que vayáis para comer, y si vais grupo grande los pescados y el steak tartar también tenían una pinta de morir.

- Conjunto: 4,5/5
- Precio/ calidad: 4/5
- Calidad/ producto: 5/5
- Lugar/ decoración: 5/5
- Servicio: 4,5/5

Rabas de calamar. Las más ricas que he probado hasta ahora. Productazo y súper bien fritas. Un obligatorio.

Matrimonio del bocarte anchoa con boquerón. Una pasada ya que nunca lo había visto de ese tamaño y tan carnoso. 

Gambón marinado en sal. Entrante obligatorio del cual, si no hubiese visto una foto, no lo habría pedido. Pero es un auténtico alucine. 


Pan con mantequilla. No lo suelo subir, pero esta mantequilla tenía su distinción porque llevaba sal y pimienta. No soy mucho de tomar pan con mantequilla y esta vez rebañé. No digo más. 


Raviolis de rabo de vaca con foie. Teníamos duda si pedirlo o no, pero menos mal que lo pedimos. La salsa estaba exquisita y la pasta súper suave. El relleno estaba tiernísimo y el foie todo un acierto. 


Mollejas fritas. La calidad del producto es excelente y era la primera vez que las veíamos fritas. Estaban buenísimas pero me sigo quedando con su versión a la plancha. 


Caracoles guisado a la Riojana. Estaban brutales, tanto los caracoles como la salsa. Ahora si, este plato lo recomiendo si vais en grupo. En nuestro caso, íbamos dos personas y nos cansó un poco al ser un plato contundente. 


Tarta de chocolate. Un 10 redondo. Pedirla sin pensarlo. 


Fotos del lugar:






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