Saddle
Saddle es un restaurante que tenía muchísimas ganas de probar. Se encuentra donde el antiguo Jockey y ganó su primera estrella michelin desde el año pasado.
Cuentan con sus emblemáticos carritos donde pasan bebidas, quesos, y más preparaciones dignos de ver, por lo que tenéis que pedir que os pongan en la sala principal.El servicio es impecable, atención estupenda y trato inmejorable.
El local es bastante señorial, cosa que te esperas lógicamente si vienes a Saddle. Tienen una cristalera enorme que da al jardín precioso.
Os recomiendo 100% ir para celebrar un cumpleaños, un aniversario o lo que sea, pero es uno de los sitios que hay que visitar en Madrid al menos una vez en la vida.
- Conjunto: 5/5
- Precio/ calidad: 4,5/5
- Calidad/ producto: 5/5
- Lugar/ decoración: 5/5
- Servicio: 5/5
Cigala con barbacoa de marisco. Estaba para morirse, el único defecto (por sacar algo) es que el fondo era tan potente que eclipsaba el sabor de la cigala.
Tartar de gamba roja del Mediterráneo y sus corales al ajillo. Unos bocados llenos de sabor de una calidad impresionante.
Guisante lágrima, cogollos, vinagreta de fresa y salsa de mantequilla. Un plato que no me llamó mucho la atención, pero la mezcla de sabores y esos guisantes me dejaron boquiabierta.
Espárrago blanco de Navarra, salsa de yema ahumada y papada ibérica. Tres grandes productos que encajan a la perfección.
Flor de calabacín, comté y beurre blanc de vin jaune. La flor de calabacín es un producto que sólo se da durante un mes, por lo que en Saddle, en cuanto llega la temporada, tratan de explotarlo al máximo y es un acierto total.
Paletilla de cordero lechal, hierbas frescas y berenjena. Todo un espectáculo de plato, se te deshacía en la boca y estaba súper tierno.
Croqueta de jamón y crujiente de cordero. Aperitivos de la casa de 10 absoluto.
Soufflé Grand Marnier. El postre de la casa perfecto para todos los paladares. BRUTAL.
Fotos del lugar:






















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