La Cosmo

LA COSMO es el restaurante de picoteo más informal de Dani Carnero  y me encanta porque consta de una carta reducida donde todo es extraordinario. 

La decoración es sencilla, nada destacable, con la cocina abierta y todo muy blanco y minimalista. 

Lo veo un sitio súper tanto para ir con tu pareja como para compartir entre 4 porque las porciones son perfectas para eso. 

- Conjunto: 4,5/5
- Precio/ calidad: 4/5
- Calidad/ producto: 5/5
- Lugar/ decoración: 3/5
- Servicio: 4,5/5

La Gilda. Atún, tomate, piparra y anchoa. Homenaje a Bistronomika. Una auténtica pasada.


El Puerro. Puerro a la carbonara, yema curada, nube de grana padano y guanciale. Una maravilla con la suavidad del puerro y la potencia de guanciale.


El Calamar a la candela con emulsión de piparras. Estaba riquísimo pero no al nivel de los otros.


Alitas sin faena deshuesadas, fritas y emborrachadas en teriyaki andaluz. A mi me flipan y son sencillas de comer.


La Codorniz a la candela en salsa curry. Tenéis que pedirla porque os va a encantar.


El Flan de maíz con praliné de kikos. No me atraía demasiado al principio pero no paraba de salir de cocina y lo tuvimos que pedir y menos mal porque estaba increíble y nos recordaba a los cereales smacks.

                                                         

Sandwich mixto. Cabecero de lomo ibérico, queso gouda y crema de champiñones. Buenísimo y perfecto para compartir. 

Navajas. Brutales hechas y la salsa está a para mojar pan. 

Brioche. Steak tartar y yema de codorniz. Buenísimo, el tartar estaba espectacular, aunque el pan no era de brioche, súper recomendable. 

Conchas finas a la brasa. De 10 este plato, no lo dudéis. 

Rape a la romana con bullabesa. Muy bueno y bien frito. 


La ostra japonesa “Natalie et Sebastien”. Ostra en dashi de miso. Delicada, umami, casi mística. Ese caldito templado se convierte en un pequeño ritual: no se bebe, se venera.


La ostra Menier “Natalie et Sebastien”. Menier thai con perlas de tapioca encurtida. Más cañera, más tropical, con ese puntito ácido que despierta todo. Si la anterior es zen, esta es una fiesta. Creo que me gustó aún más esta, pero las dos son de matrícula.


La Ensaladilla. Patata rota, judía verde y su emulsión. La llaman “la ensaladilla de su casa”, pero, entre nosotros, en casa no nos sale tan bonita. Aun así, entre tanto plato top, es el más flojito.


Las albóndigas de solomillo. Y aquí, amigos, llega el plato estrella. Albóndigas de solomillo, jugosas, tiernas, con una salsa para mojar media barra de pan sin remordimientos. De esas que te hacen sonreír mientras piensas: “esto sí que es cocina con alma”. Sinceramente, lo mejor de toda la comida. Para repetir y repetir.


Steak tartar crujiente. Mollete de steak tartar con pepinillos, chips y yema de huevo. Textura perfecta, sabor brutal, y ese toque crujiente que lo hace irresistible. Super, super, super rico.


Fotos del lugar:






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